Contaminación atmosférica en Santiago de Chile; Smog (Compuesto de dióxido de carbono - CO2 -, hollines, humos y polvos en suspensión; el ozono en capas
bajas de la atmósfera es un gas contaminante muy perjudicial que incrementa el
smog y el Efecto Invernadero). Credito:Emol
El 26 de mayo de 2014 la OMM , mediante su Comunicado de
Prensa 991, informó que por primera vez, las concentraciones mensuales de
dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera terrestre superaron el umbral de las 400 partes por millón (ppm) en todo el
hemisferio norte durante el pasado mes de abril. Ese umbral reviste una
importancia simbólica y científica y refuerza la evidencia de que la combustión
de combustibles fósiles y demás actividades humanas son las responsables del
incremento constante en los gases de efecto invernadero que atrapan el calor y
calientan el planeta.
Imagen: Fracciones molares preliminares de CO2 en las estaciones mundiales de vigilancia de la Atmósfera Global [VAG] (entre marzo y abril de 2014). Crédito:OMM
Todas las estaciones de vigilancia del
hemisferio norte que forman parte de la red de Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG) de la Organización
Meteorológica Mundial (OMM) han notificado concentraciones de
CO2 en la atmósfera sin
precedentes en la temporada en que se registran los niveles máximos. Ello
ocurre al comenzar la primavera en el hemisferio norte, antes de que el
crecimiento de la vegetación absorba el dióxido de carbono.
Si bien los valores máximos registrados en el
hemisferio norte en primavera han rebasado ya el nivel de 400 ppm, la
concentración media mundial anual de CO2 superará ese umbral en 2015 o 2016.
"Esto debería
servir una vez más de llamada de atención sobre el incremento constante de
gases de efecto invernadero que determinan el cambio climático. Si queremos
conservar nuestro planeta para las generaciones venideras, debemos adoptar
medidas urgentes para contener las nuevas emisiones de estos gases que atrapan
calor", afirmó el Secretario General de la OMM , señor Michel Jarraud. “El tiempo se está agotando”.
El CO2 permanece en la atmósfera durante cientos de
años. Su ciclo de vida en los océanos es aún
más prolongado. Se trata del gas de efecto invernadero de origen antropógeno
más importante. A él se debe el 85% del incremento del forzamiento radiativo (cambio en la
radiación – calor - entrante o saliente de nuestro sistema climático) ocurrido
durante el decenio 2002-2012.
Entre 1990 y 2013, se registró un aumento en el
forzamiento radiativo del 34%, debido a los gases de efecto invernadero, según
las últimas cifras suministradas por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA – National Oceanic and Atmospheric Administration ) de Estados Unidos de
América. La NOAA
es un agencia cientifica dependiente del Departamento de Comercio de los Estados Unidos, cuyas actividades están centradas en las condiciones de
los océanos y la atmósfera; avisando del tiempo meteorológico mediante la preparación de cartas de los mares y de los
cielos, los cuales sirven de guía y al mismo tiempo, de protección de los
recursos oceánicos y costeros, conduciendo estudios que permitan mejorar el
entendimiento y administración del ambiente.
Según el Boletín de la OMM sobre los gases de efecto
invernadero, la cantidad de CO2 presente en la atmósfera alcanzó 393,1 partes por millón en 2012,
es decir, un 141% respecto al nivel preindustrial de 278 partes por millón.
Durante los 10 últimos años, la cantidad de CO2 presente en la atmósfera ha experimentado en
promedio un aumento de 2 partes por millón por año. Desde 2012, todas las
estaciones de vigilancia en el Ártico han registrado en primavera
concentraciones medias mensuales de CO2 superiores a 400 ppm, de acuerdo con los datos
suministrados por las estaciones de la Vigilancia de la Atmósfera Global
en Canadá, Estados Unidos de América, Noruega y Finlandia.
Esta tendencia también se ha extendido a las
estaciones de vigilancia en altitudes más bajas. En marzo y abril, las
estaciones de la Vigilancia
de la Atmósfera
Global en Alemania, Cabo Verde, España (Tenerife), Irlanda,
Japón y Suiza notificaron concentraciones medias mensuales superiores a 400
ppm.
En abril, la concentración media mensual de
dióxido de carbono en la atmósfera rebasó 401,3 ppm en Mauna Loa (Hawai), según
datos suministrados por la
NOAA. En 2013, solo se superó ese umbral un par de días.
Mauna Loa es la estación de medición atmosférica continua de CO2 más antigua del mundo
(desde 1958), por lo que se considera un lugar de referencia en la Vigilancia de la Atmósfera Global.
El hemisferio norte posee más fuentes
antropógenas de emisión de CO2 que el hemisferio sur. La biosfera controla
también el ciclo estacional. El nivel mínimo de CO2 se registra en verano,
período en que las plantas absorben cantidades considerables de ese gas. Los
niveles máximos de invierno y primavera obedecen a la falta de absorción
biosférica y a un mayor número de fuentes de descomposición de la materia
orgánica, así como emisiones de origen antropógeno. Por lo tanto, el ciclo
estacional más marcado ocurre en el extremo septentrional.
Burbujas de dióxido de carbono en una bebida, Crédito: Wikipedia
Las concentraciones medias mensuales se calculan
sobre la base de mediciones constantes. En el mundo entero hay aproximadamente
130 estaciones que miden el dióxido de carbono.
No solamente nuestro planeta sufre por la contaminación atmosférica, en el Sistema Solar, tenemos dos ejemplos
cercanos de planetas rocosos con atmósfera de dióxido de carbono [CO2]: Venus y Marte, ambas atmósferas contienen más de un
95 % de este compuesto en forma de gas, siendo Venus quien presenta un
cuadro extremo de efecto invernadero debido a que las capas gaseosas de este
gas combinada con ácido sulfúrico calientan la atmósfera sometida a una
presión de 94 atmósferas terrestres, creando una temperatura de superficie de
centenares de grados Celsius. En el caso de Marte, no se puede hablar de este
efecto ya que su tenue atmósfera con una vaga presión atmosférica impide la
sustentación hidrodinámica de nubosidades de este gas, no obstante, su
presencia es muy elevada (95,3 %). También se ha descubierto que algunos satélites galileanos han mostrado la presencia de dióxido
de carbono.
Puede consultarse un resumen de las conclusiones
y cifras actualizadas sobre el cambio climático aquí.
Fuente: Tendencias 21/ OMM / Wikipedia
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