Copas de los árboles en el Bosque Nacional de Tapajós, Brasil. Nuevo estudio de la NASA muestra que los árboles vivos en el bosque virgen del Amazonas, consumen más dióxido de carbono del aire, que los árboles muertos emiten. Crédito: NASA / JPL-Caltech
Un nuevo estudio
dirigido durante siete años por la
NASA ha confirmado que los bosques naturales de la Amazonía eliminan más
dióxido de carbono de la atmósfera del que emiten, colaborando en esta forma en la reducción del calentamiento global. Este
hallazgo resuelve un debate de larga data acerca del componente clave que
afecta la balanza global del carbono en la cuenca del Amazonas.
Un balance del
comportamiento del carbono en la zona del Amazonas es una cuestión de vida o
muerte: Los árboles vivos toman el dióxido de carbono del aire a medida que
crecen; los árboles muertos lo ponen nuevamente en el aire incrementando el efecto invernadero a medida
que se descomponen.
El nuevo estudio,
publicado en Nature Communications el 18 de marzo, es el primero que ha logrado
medir la muerte de árboles causadas por procesos naturales a lo largo de la
selva amazónica, incluso en zonas remotas donde no hay datos, estos han sido recopilados a nivel del suelo.
Fernando Espírito
Santo-del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, California,
principal autor del estudio, creó nuevas técnicas que permiten analizar estos y
otros datos vía satélite. Él
encontró que cada año, los árboles amazónicos muertos emiten un estimado de 1.900
millones de toneladas (1,7 mil millones de toneladas métricas) de carbono a la
atmósfera. Para compararlo con la
absorción de carbono del Amazonas, los investigadores utilizaron los censos de
crecimiento de los bosques y los diferentes escenarios del modelo que
representaron incertidumbres. En
todos los escenarios, la absorción de carbono por los árboles vivos compensaba
las emisiones procedentes de los árboles muertos, indicando en esta forma, que
el efecto predominante de los bosques naturales de la Amazonía es la absorción.
Hasta ahora los científicos sólo habían sido capaces de una estimación del balance total del carbono de la Amazonia, limitadas a partir de las observaciones de las zonas forestales en pequeñas parcelaciones. En estas parcelas, el
bosque retira más carbono del que emite, pero la comunidad científica ha estado
debatiendo vigorosamente lo bien que las parcelas representan todos los procesos
naturales en la gran región del Amazonas. Ese
debate comenzó con el descubrimiento en la década de 1990 en que grandes áreas de
bosques estaban siendo exterminadas por las intensas tormentas en eventos llamados purgas.
Espírito Santo - dijo
que la idea del estudio surgió de un taller del año 2006 donde los científicos de
varios países se reunieron para identificar mediante los instrumentos de los
satélites de la NASA
como podrían ayudar a comprender mejor el ciclo del carbono de la Amazonía. En los años transcurridos desde
entonces, trabajó con 21 coautores de cinco países para medir el impacto de
carbono debido a la muerte de árboles en el Amazonas por todas las causas
naturales - desde purgas de gran superficie a los árboles individuales que mueren
de viejos. Él utilizó los datos del
aerotransporte LiDAR e imágenes de satélite, durante un lapso de 10 años de
mediciones de las parcelas, y que fueron recopilados por la Universidad de Leeds,
Inglaterra, bajo la dirección de Emanuel Gloor y Oliver Phillips. Él estima que él mismo pasó una mitad de
años haciendo trabajo de campo en la Amazonia.
"Fue un estudio difícil y audaz, y la dedicación
única de Espírito Santo lo hizo posible", dijo Michael Keller, científico
investigador en el Servicio Forestal de EE.UU. y coautor del estudio. La correlación de
datos aire-tierra del equipo, se
obtuvieron con observaciones por satélite y, Espírito Santo y sus colegas, idearon métodos para identificar los árboles muertos en diferentes tipos de
imágenes obtenidas por remotos sensores. Por ejemplo, los árboles caídos crean
un hueco en el dosel del bosque que puede ser medido por el lidar en aviones de
investigación, y la madera muerta cambia los colores de una imagen óptica por
satélite. Luego, los
investigadores redujeron sus técnicas para que pudieran ser aplicadas a datos
aéreos de las partes de la Amazonía que no tienen antecedentes terrestre o vía satélite.
"Encontramos que las grandes perturbaciones naturales
- el ordenar no capturado por parcelas - sólo tienen un efecto pequeño sobre el
ciclo del carbono en toda la
Amazonía", dijo Sassan Saatchi, del JPL, también
co-autor. Cada año, alrededor de
un dos por ciento de toda la selva amazónica muere de causas naturales. Los investigadores encontraron que
sólo el 0,1 por ciento de esas muertes son causadas por las purgas. Este estudio se centró
solamente en los procesos naturales de la Amazonía, no en los resultados de las actividades
humanas, como la tala y la deforestación, las cuales varían ampliamente y
rápidamente con los cambios de las condiciones políticas y sociales.
Las otras
instituciones que participan en el estudio son la Universidad de New
Hampshire, Durham, las Universidades de Leeds y Nottingham, Reino Unido, la Universidad de Oxford,
Reino Unido, la
Universidad James Cook, Cairns, Australia, del Servicio
Forestal de EE.UU. Instituto Internacional de Dasonomía Tropical, Puerto Rico;
EMBRAPA satélite Center, Campinas, Brasil Monitoreo; Instituto Nacional de
Investigaciones de la
Amazonía, Manaus, Brasil, EMBRAPA Amazonia oriental, Santarém,
Brasil, el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), São José
dos Campos, Brasil, el Jardín Botánico de Missouri, Oxapampa , Perú y el
Instituto Carnegie para la
Ciencia, Stanford, California
NASA vigila los signos
vitales de la Tierra,
de su suelo, el aire y el espacio, con una flota de satélites y una ambiciosa campaña
de observación desde el aire y también en tierra.
NASA esta desarrollando nuevas formas de observar y estudiar los
sistemas naturales interconectados de la Tierra, con los registros de datos a en el largo
plazo, con herramientas de análisis mediante computadoras que permiten una
mejor observación de cómo está cambiando nuestro planeta.
Con este conocimiento,
las acciones de la agencia son únicas para la comunidad mundial, trabajando además, con instituciones en los Estados Unidos y en
todo el mundo, permitiendo que se contribuya a la comprensión y protección de
nuestro planeta.
Fuente:JPL-Caltech / NASA