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domingo, 11 de mayo de 2014

CAUSAS HUMANAS SON LAS QUE PROVOCAN EL 87% DEL CALENTAMIENTO DE LOS OCÉANOS

Imagen aérea de las islas Seychelles, en el Océano Índico. Fuente: Hansueli Krapf - Wikimedia commons.

Los cambios en el nivel del mar por la expansión térmica de las últimas décadas responden al forzamiento antropogénico y la variabilidad natural del sistema climático. En concreto, un 87% del calentamiento en los primeros 700 metros del océano, en promedio global, es responsabilidad de los seres humanos. 

Estos datos se revelan en el estudio publicado en la revista Geophysical Research Letters por Marta Marcos, investigadora del Imedea (Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, CSIC-Universidad de las Islas Baleares) en el grupo de Nivel del Mar y Clima. “Para mejorar los datos obtenidos en estudios previos hemos utilizado los modelos climáticos de última generación disponibles para la comunidad científica internacional (CMIP5) y en los que se han basado las conclusiones del último informe del IPCC de 2013. (Intergovernmental Panel on Climate Change).Hemos aplicado una técnica estadística que nos ha permitido evaluar qué parte de la subida de nivel del mar por efecto del calentamiento se debe a las variaciones de gases naturales (cambios en la radiación solar y los volcanes) y qué parte se debe a las emisiones de gases de origen humano. La comparación con las observaciones confirma que durante el período 1950-2005, esta técnica proporciona resultados más ajustados a las observaciones que el simple promedio de modelos climáticos habitualmente utilizados”.

A escala regional, señala la nota de prensa del Imedea, el impacto de las presiones antropogénicas sobre la expansión térmica del nivel del mar es muy variable. Este resultado no es sorprendente, ya que el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero y los aerosoles está relacionado con cambios en las condiciones de viento y la circulación oceánica, entre otros procesos, que afectan a la absorción de calor del océano y a su distribución. 
En el Atlántico Norte, por ejemplo, el impacto de la contribución antropogénica es particularmente grande (0,82 ± 0,31 mm/año en comparación con un valor global de 0,40 ± 0,07 mm/año). 

Distintas escalas 
Como señala el estudio, a escala regional, las diferencias entre las medias y las observaciones del conjunto multi-modelo son más grandes que en la escala global. 
Desde el año 1970 el promedio global del nivel del mar ha estado subiendo a un ritmo de 2,0 ± 0,3 mm/año, de los cuales 0,8 ± 0,3 mm/año se deben al calentamiento del océano, y el resto al deshielo de capas polares y glaciares y a cambios en las reservas de agua terrestre.
El aumento del nivel del mar provoca la inundación de los hábitats costeros de los seres humanos así como de las plantas y los animales, la erosión del litoral y la intensificación de tormentas que pueden devastar zonas de poca altitud. El aumento de la temperatura del mar también está asociado a la proliferación de especies invasoras y de enfermedades marinas. 

Desentrañar estas contribuciones es esencial para cuantificar el impacto de la actividad humana en el pasado y anticipar el impacto de la expansión térmica en la subida del nivel del mar como consecuencia del calentamiento global.
La basura más frecuente en los fondos marinos, son el plástico, redes de pesca y otros materiales. Crédito: Grupo de Investigación Consolidado (GRC) de Geociencias Marinas de la Universidad de Barcelona.

Investigadores de todo el mundo, entre ellos de la Universidad de Barcelona, han detectado basura humana en las zonas más profundas del océano. Botellas, bolsas de plástico, redes de pesca y otros materiales de origen humano han invadido los fondos marinos del Mediterráneo, el Ártico y también del océano Atlántico, desde 35 metros hasta 4.500 metros de profundidad.
Por lo tanto, es obvio que las políticas de los gobiernos relacionadas con programas de reciclaje o utilización de materiales desarrollados para que se degraden en el corto plazo sin  atentar con el medio ambiente, es necesario que sean aplicadas en forma enérgica si queremos atenuar, en lo posible,  el incremento  de la expansión térmica de los océanos.

Fuente: Tendencias Científicas / 07.05.2014