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lunes, 25 de julio de 2011

TRABAJADORES

He leído un tema relacionado con la gestión de trabajo en la actualidad, que me hizo recordar que nuestro planeta desde finales del siglo pasado, comenzó a caminar hacia una globalización masiva que repercute en los trabajadores a todo nivel.
Trabajadores antiguos recordarán que en su época se hacia tradicional  trabajar en una empresa y significaba hacerlo casi por vida, trabajaba el padre muchas veces algún hijo y eventualmente algún nieto. Existía el orgullo de pertenecer a  una empresa que consideraban como un alargue de su familia. Todo se traducía en el dicho que se trabajaba  con “la camiseta puesta”.
Paulatinamente se fue iniciando una transformación, las grandes empresas internacionales fueron las primeras en aplicar el sistema globalizado de gestión, llegando en la  actualidad a una realidad que el trabajador desconocía, debiendo enfrentar: pérdidas de beneficios, limitación de mano de obra e inseguridad (hoy en día, un trabajador dura días, meses y extraordinariamente en algunos casos, años).
La globalización trajo que la economía se trasformara en un ente mundial que todo lo gobierna, Las crisis hoy en día, afectan a cada país en mayor o menor forma, rápidamente o lentamente según la zona afectada.
Se trabaja inmerso en búsquedas de soluciones a dichas crisis, minimizando costos para seguir adelante y sobrevivir en un mundo cada vez más competitivo, especialmente la mano de obra, que afecta directamente a los trabajadores de extensas zonas, por cuanto en otras, se hace lo mismo pero a costo mínimo.
Los beneficios compensatorios de muchos trabajadores hoy son parte del recuerdo, en países emergentes (como gusta decir a muchos políticos) se han modificado a mínimos o sencillamente desaparecidos. Todo se  transforma a que grupos de servicios atiendan necesidades  que antes hacían  las propias empresas.
Las compañías han adoptado dejar a sus empleados a la deriva, a fin de reducir costos. El recorte se ha generalizado, se ha visto mermada la calidad de trabajo afectando la situación personal de cada individuo ante un futuro laboral incierto en el cual no ve la meta idealizada, todo lo contrario, ve un futuro problemático con síntomas de  tormenta que se mantendrá en el tiempo.
Este mal tiempo económico tiende a empeorar por cuanto la situación por la que atraviesa los Estados Unidos de Norteamérica y Europa dará altibajos que obligarán a tomar medidas defensivas en el mercado inversiónario, los riesgos tendrán que evaluarse y las soluciones, como siempre, serán  desfavorables a los trabajadores.
Mientras se considere al trabajador como un número y ente desechable sin incentivos y con una durabilidad laboral incierta, sólo tendrán personas  apáticas, sin ímpetu, con rendimiento limitado.
La solución es obvia, siempre que el empresario reconozca que el capital y mano de obra incentivada, trabajando juntas lograran sin fantasmas, superar las vicisitudes de la época.
Por último, la más afectada, como siempre, será la  generación silenciosa, tercera edad o lisa y llanamente los jubilados, sus ingresos fijos no se condicen con la situación real de la economía, es una realidad no asimilable en la toma de decisiones, por pertenecer a quienes solo esperan llegar al final del camino en la mejor forma posible.
Debiera recordarse que la experiencia no debe ser desechada.
Enlaces relacionados:
Iwan Barankay – Associate Professor The Warton School at The University of Pensylvania
http://mgmt.wharton.upenn.edu/people/faculty.cfm?id=1303
http://www.management.wharton.upenn.edu/barankay/
http://www.charlestonpartners.com/