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jueves, 18 de julio de 2013

AVE o ACV - ACCIDENTE VASCULAR ENCEFÁLICO / CARDIOVASCULAR



Debido a una experiencia personal,  me sugirieron  hiciera una entrada relacionada con un A.V.ESi buscan la palabra tal como la leemos, tendremos muchas explicaciones de cómo son las aves a lo largo del planeta. La de esta entrada, es una que afecta a los seres humanos

Esta AVE es peligrosa, realmente es la sigla en español de Accidente Vascular Encefálico, también conocido como ACV [Accidente Cerebro Vascular].
Los accidentes cerebro vasculares son la causa más común de incapacidad neurológica en la población adulta, en especial, en la ancianidad, hoy conocida como tercera edad, donde es responsable de un alto porcentaje de muerte y discapacidad.
El cerebro es un órgano único, por cuanto las neuronas dependen de un aporte sanguíneo, debido que su metabolismo es aerobio. Esto significa que la producción de energía, tanto para mantener la estructura como la función neuronal, necesita de un aporte continuo de oxígeno y glucosa, que se provee a las neuronas vía la sangre arterial. Si el cerebro es privado de sangre, en segundos se pierde la conciencia y en minutos se produce un daño permanente. El cerebro recibe un alto porcentaje del gasto cardíaco, lo que asegura que las cantidades de glucosa y oxígeno excedan los requerimientos básicos.

Se puede definir, según la OMS, que los accidentes cerebro vasculares son “Signos clínicos de desarrollo rápido de una perturbación focal de la función cerebral de origen presumiblemente vascular y de más de 24 horas de duración”.
Esta definición  incluye la mayoría de los casos de infarto cerebral, hemorragia cerebral y hemorragia subaracnoidea, excluyéndose aquellos casos en que la recuperación se produce dentro de las 24 horas.

Un ACV resulta del bloqueo de un vaso sanguíneo que interrumpe el suministro de oxígeno a las células provocando su muerte. El cerebro recibe sangre a través de dos sistemas arteriales principales, las arterias carótidas que salen de la parte del frente del cuello y las arterias vertebrales que salen por la parte trasera del cuello. Las consecuencias de un ACV, su gravedad y magnitud de las  funciones afectadas, dependen del lugar en que ha ocurrido el bloqueo en el cerebro y de cuan grande ha sido el daño.

Ante esta definición, es indispensable tratar que toda persona accidentada, que haya recibido golpes en la cabeza o alzas en su presión arterial, sea controlada rápidamente a fin evitar consecuencias irreversibles. Un neurólogo afirmaba  que si una víctima de accidente cerebro vascular era atendida dentro de las primeras 3 horas, podría revertir totalmente los efectos de un derrame cerebral. Para lograrlo, se debía reconocer, diagnosticar y conseguir que el paciente fuera médicamente atendido dentro de estas primeras 3 horas.
En este aspecto,  la familia o quienes se encuentran alrededor del enfermo, no tienen que titubear en trasladarlo a una Unidad Cerebrovascular de un  Plantel Hospitalario, por la vía más rápida posible. Por lo tanto, quienes se dan cuenta del problema de la persona afectada deben reaccionar ante el evento en forma rápida. Los síntomas son  difíciles de identificar y esta falta de conciencia, sin quererlo, podemos provocar un desastre al no reconocer los síntomas, los daños pueden trasformarse en irreversibles.

En la actualidad, los doctores han establecido una regla para reconocer un ACV mediante tres preguntas:
- Pedirle al afectado (a) que sonría.
- Pedirle al afectado (a) que diga una simple frase coherente, por ejemplo: Hoy hace      calor.
- Pedirle al afectado (a) que levante ambos brazos.

También es bueno pedirle  que saque la lengua, si la lengua está torcida o va de un lado para otro, también es síntoma de estar sufriendo un ACV
Si la persona tiene dificultad con cualquiera de estas 3 tareas, se le tiene que llevar de inmediato a la unidad cerebrovascular del centro hospitalario e informar a quienes lo reciban los síntomas detectados.

Como se puede apreciar, las manifestaciones de un ACV dependen de la función de la zona comprometida, lo principal de todo, es saber reconocerlas y así reaccionar a tiempo. Por cada 30 minutos de retraso, disminuye un 10% la posibilidad de una buena recuperación; lamentablemente  entre un 30% a un 50% de la población en Chile, reconoce el cuadro clínico del ACV, número muy bajo considerando la gravedad y emergencia de este problema, ya que por cada minuto en que no llegue sangre al cerebro, mueren 2 millones de neuronas, de los 130 mil millones que tenemos.

De todos los ACV o AVE, el 88% son isquémicos (obstrucción del vaso producidos por placas de colesterol, presión alta o diabetes) y el 12% son hemorrágicos (rompimiento del vaso).

Los factores de riesgos se clasifican en dos tipos, los modificables y los que no son modificables. Entre estos últimos, tenemos la edad, ya que pasados los 35 años el riesgo aumenta exponencialmente: de 30 casos por 100 mil personas a 3.000 casos por 100 mil personas hacia los 75 años, debido que la edad va determinando que surjan lesiones cerebrales.
En cuanto al género, los hombres son más propensos a sufrir un infarto cerebral que las mujeres, aunque ellas adquieren en la práctica, el mismo riesgo después de la menopausia. La hipertensión arterial es el antagonista por excelencia, las enfermedades cardíacas también influyen, y la más  importante es la arritmia frecuente [fibrilación auricular] que es capaz de provocar una embolia que podría tapar la arteria cerebral. Otros factores de riesgo son el aumento del colesterol, la diabetes, el tabaquismo, alcohol, drogas, obesidad y vida sedentaria.


Imagen Proxy

El AVE se caracteriza por presentar sus síntomas de manera súbita. Los principales son la pérdida de fuerza o coordinación de una parte del cuerpo, así como también la pérdida de sensibilidad, en la cara, los brazos y piernas a un sólo lado;  alteración visual, de un momento a otro deja de ver por uno o los dos ojos; trastorno del lenguaje, no habla bien y hay problemas para darse a entender.
Otros signos son las cefaleas, que se presentan especialmente en las hemorragias. Es un dolor de cabeza no habitual, es agudo y repentino, con una intensidad máxima desde el principio, no como las jaquecas que comienza en forma gradual y van en aumento. También puede haber alteración de la conciencia, conductual y del equilibrio en forma brusca. Estos síntomas pueden presentarse todos juntos o aisladamente, pero basta con uno para que se tenga que llevar a la persona al centro hospitalario. Si se han presentado dos o tres manifestaciones, significa que el AVE es más grave porque el área afectada es más extensa y no está siendo irrigada.

El tiempo es crucial para minimizar los daños del AVE o ACV. Para diagnosticar este accidente de si es un infarto o una hemorragia, se debe hacer contra el tiempo una resonancia magnética o escáner, que permitirá decidir el tipo de tratamiento que se le aplicará al paciente, tomando en cuenta el tiempo transcurrido y lo avanzado que  puede estar el cuadro; porque existe un tratamiento que puede emplearse dentro de las primeras 4 horas y media y sólo en casos de infarto, nunca en las hemorragias.

Como podemos apreciar, el tiempo es vida. En cuanto a los medicamentos, el médico será quien determine las acciones que deben tomarse, entre ellas está el uso de trombolíticos que se utilizan para deshacer el coágulo que tapa la arteria, pero se insiste que por cada media hora de atraso, disminuye un 10% las posibilidades de una buena recuperación.

Lo ideal es que una persona que está siendo afectada por un AVE, tiene que ser internada en la unidad cerebrovascular, que es semejante a la unidad coronaria, quienes cuentan con un equipo de especialistas para tratar este tipo de paciente.
Según  datos estadísticos, estas unidades han visto una disminución de la dependencia y mortalidad en un 22%, y una baja en el tiempo de hospitalización de 6 días en las dos semanas que permanece en el período agudo. En esta fase, se toman una serie de medidas para evitar cualquier daño mayor, disminuyendo así la morbilidad y mortalidad  del paciente. Se mantiene la presión evitando que baje, para que no deje de llegar sangre a la zona que está mal irrigada; se monitorea la glicemia y la temperatura, porque si llegan a subir, aumenta el daño. Al mismo tiempo, hay que cuidar la hidratación lo que evitará sufrir alteraciones del sodio; y hay que tener precaución con las posibles trombosis o neumonías que pueden aparecer por estar postrados.
Un aspecto importante es iniciar en forma precoz la neuro-rehabilitación, que debe estar dirigida por un neurólogo, junto a un equipo  conformado por un kinesiólogo, terapeuta ocupacional, fonoaudiólogo, psiquiatra y/o psicólogo.
Aún cuando la persona llegue a urgencia, deben realizarse ejercicios respiratorios para evitar neumonías, movilizar positivamente las piernas y brazos y cuidar la deglución, ya que aproximadamente un tercio de los ACV presentan un trastornos.
Como casi un tercio de los que sufren ACV mueren, otro tercio se recupera satisfactoriamente pero con pocas secuelas; y alrededor del 40% sobrevive con secuelas que van a requerir algún grado de apoyo. La rehabilitación ciertamente ayuda a que el paciente obtenga un máximo de compensación a través de otras funciones que preserva, por lo que se le enseñará a ser autosuficiente.

El Dr. Jorge Tapia, neurólogo y profesor titular de las enfermedades cerebrovasculares de la Pontificia Universidad Católica de Chile dice: “Se cree que hay cierto grado de plasticidad en las neuronas, por lo que empiezan a asumir otras funciones, o que pede haber una recuperación de éstas, las que al no morir y una vez retomado el riesgo sanguíneo, retoman sus funciones vitales”.
Debido a esto, es de extrema importancia la quinesioterapia y la terapia ocupacional, en la cual se va enseñando a los pacientes como utilizar los utensilios que debe ocupar diariamente [comer, lavarse los dientes, caminar etc.].
El neurólogo agrega: “La persona irá aprendiendo los ejercicios y actividades que tiene que hacer, entonces, con el tiempo, dejará de venir al centro de rehabilitación todos los días y lo hará sólo una vez por semana, continuando  el resto de los días su rehabilitación en casa. Durante las visitas el médico evaluará como va la evolución y sus ejercicios”.

Los infartos tienden a repetirse, por lo que hay que determinar en el período agudo cuál es la causa, porque la mayoría de las veces volverá a ser del mismo tipo. Una vez identificados los factores de riesgo, hay que tratarlos y modificarlos, y cada especialista se dedicará a ayudar al paciente [cardiólogo, diabetólogo, entre otros] para prevenir que vuelva a ocurrir, esta prevención secundaria, se deberá realizar toda la vida.

Las enfermedades no avisan cuando llegan, aún cuando este es un tema que para muchos no sea muy atractivo, es necesario estar preparados para cuando  las contingencias de la vida, nos puedan llevar a tener que actuar si una persona pariente, amiga o  quien sea quien sufre los síntomas de un AVE o ACV. Nuestra ayuda puede significar salvar una vida o minimizar  los riesgos. 
Fuente: OMS / Centro Caren / Neuromed / Portal Sochicar et al.
Crédito Imagen NeuroMed
Enlaces relacionados:
Dra. Cecilia Klapp Salazar: info@neuromed.cl 
AVE Centro Caren

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