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sábado, 10 de agosto de 2013

CONCORDIA UNA ESTACIÓN ANTÁRTICA CIENTÍFICA


Imagen: autorretrato de Antonio Literio en las escaleras de Concordia. 
Temperatura: -80ºC, presión del aire 1/3 menor que la del nivel del mar. Salir significa tomar procedimientos semejantes a una caminata espacial. Crédito A. Literio

Quienes no hemos estado en la antártica,  se nos hace difícil imaginar  un invierno extremadamente frío y oscuro; quienes habitan las bases militares y centros científicos, su experiencia, debido a las condiciones inhóspitas de la zonas polares,  les hace  parecer que han estado viviendo en otro planeta.

En la Antártica existe la Base de Investigación Concordia, abierta en 2005, corresponde a una instalación de investigación construida en un altozano (domo) llamada DOMO C a 3.223 metros de altura sobre el nivel del mar en la Meseta Antártica. Su localización la ubica a 1.100 Km., al interior del continente desde la base francesa Dumont d’Urville; y a 1.670 Km., del Polo Sur geográfico, ubicación que la pone dentro del reclamado territorio antártico por Australia – Territorio Antártico Australiano. 
Es la cuarta base operativa todo el año, cercana a la base Belgrano de Argentina, la Base Vostok de Rusia y la Base Amundsen-Scott Polo Sur estadounidense. Esta operada por científicos de Italia y Francia.

Imagen: Concordia en la oscuridad - iluminación de las torres. crédito: A. Literio

La Base es un lugar ideal para estudiar los efectos en los pequeños equipos multiculturales aislados durante largos períodos de tiempo en un ambiente extremadamente hostil.
ESA [ European Space Agency – Agencia Espacial Europea] patrocina la investigación médica, enviando un médico cada invierno, para estudiar los efectos a largo plazo del aislamiento, y la comprensión del cuerpo y mente de los seres humanos en su adaptación a ambientes extremos, lo que ayudará a superar los retos en el largo plazo,  primeramente de quienes vivan a bordo de la Estación Espacial Internacional [ISS] y luego en los viajes espaciales – la Luna, Marte y más allá.

El medio ambiente antártico coloca a sus habitantes bajo estrés continuo, planteando desafíos a todos los involucrados. ESA estudia como funciona el equipo de Concordia, en particular, con el sueño.
La falta de ciclos de noche-día, crea patrones irreregulares de sueño, los cuales son factores con los que debe lidiar Concordia al igual como sucede en los vuelos espaciales.

Imagen: primeras señales de luz - crédito ESA

Un factor importante, son  los tres meses de noche continua que debe soportar la Base Concordia,  tres meses de oscuridad que se rompieron  el sábado 10 de agosto cuando el Sol desapareció en mayo pasado.
Al comienzo, en mayo,  solo una leve luz en el horizonte indicaba la ubicación del Sol que señalaba la separación del día de la noche, luego desapareció sumiendo la zona  en una completa oscuridad  en el punto más profundo del invierno a mediados de junio, para luego nuevamente comenzar aparecer, lenta pero constantemente hasta dar paso a la salida del Sol real. Para el equipo que habita Concordia, el amanecer de éste sábado será el más magnífico amanecer vivido, pudiendo nuevamente apreciar el panorama de hielo que rodea la estación.

Hemos leído experiencias de la oscuridad invernal en las regiones polares, en especial de las personas que viven en el extremo norte, pero el aislamiento y soledad en la Estación de Investigación Concordia, ubicada en el Continente más lejano y climáticamente difícil, es extrema. Pasar un año en la Antártica, experimentar el largo, frío y oscuro invierno, solo es comparable a  una experiencia obtenida en la realización de  las misiones espaciales; es la razón por la cual ESA participa en las actividades de Concordia.
Por ejemplo:  Se necesitan lámparas de luz brillante para regular los relojes del cuerpo humano de la tripulación de la estación, algunos miembros recurren a la medicación para ajustar su reloj biológico después de que caen en un efecto llamado “free-run”, cuando el tiempo real y el cuerpo difieren demasiado y sus cuerpos no pueden regular el sueño. En el espacio es al revés, los astronautas de la Estación Espacial experimentan 16 amaneceres y puestas de Sol  cada días, lo que es también  gravemente perturbador.
Esta en un espacio cerrado bajo presión, también  es como estar en una Estación Espacial; y después de meses de aislamiento,  enfrentarse a la antártica “Hivernauts” y en la Estación Espacial, es el mismo problema: se han olvidado por completo lo que se siente ver a otras personas alrededor, oler aromas frescos de la naturaleza y estar al aire libre sin la protección de prendas de vestir especiales.

Crédito: ESA 


Imagen: Concordia en verano - crédito ESA

Foto del 22 de marzo de 2013 en espera del invierno - Inspección de sismógrafos.
Crédito IPEV / PNRA / D. Romano