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sábado, 13 de julio de 2013

DIOXINAS

Imagen: Formula estructural y esquema de numeración de sustituyentes del compuesto principal de dibenzo-p-dioxina – crédito Wikipedia

La noticia  importante del momento en Chile, relacionada con alimentos, fue que el SAG [Servicio Agrícola Ganadero] había detectado en una región Sur del país, que 43 mil kilos de carnes de aves faenadas  de una empresa proveedora del rubro en sus diversas variedades, le habrían detectado focos de estar contaminada con dioxina.
La empresa cuestionada, habría reconocido la contaminación y que esta afectaría el 0,3% de sus productos.
Para el público en general, ¿sabemos lo que son las dioxinas? He aquí un tema de investigación que nos sirva de cultura general, por cuanto la mayoría  de los productos con que nos alimentamos, tienen  algún tipo de químico afectando nuestra salud.

Las dioxinas constituyen un grupo de compuestos químicos que son contaminantes ambientales persistentes. Se encuentran en el medio ambiente de todo el planeta y se acumulan en la cadena alimentaria, principalmente, en el sistema adiposo de los animales. 
Las dioxinas son compuestos químicos obtenidos a partir de procesos de combustión que implican el cloro; el término se aplica en forma indistinta a las policlorodibenzofuranos [PCCDF] y las policlorodibenzodiaxinas [PCDD].
El nombre químico de la dioxina es 2,3,7,8 - tetraclorodibenzeno-para-dioxina [TCDD]. Dentro de todo el rango de tipos identificados, unos 419, sólo aproximadamente 30 de ellos poseen una toxicidad importante, siendo la TCDD la más tóxica.

En los alimentos están presentes en forma de “trazas”, es decir, en cantidades del orden del nanogramo [mil millonésima parte de un gramo] y del picogramo [una billonésima parte de un gramo] por kilogramo [mil gramos]. En los últimos años, las dioxinas se han hecho bastante conocidas por cuanto su presencia preocupa el medio ambiente, aún cuando esté en bajas concentraciones; algunas de ellas son  extremadamente tóxicas, y junto a ellas, podemos encontrar furanos, que son compuestos químicos similares.
Las dioxinas son fundamentalmente subproductos de procesos industriales, pero también se pueden producir en forma natural, como son las erupciones volcánicas y los incendios forestales. Son también productos no deseados de los procesos de fabricación, como ser fundición, el blanqueo de la pasta de papel con cloro o la fabricación de algunos herbicidas y plaguicidas.
Hay varios cientos de dioxinas y furanos, una dosis simple de 6 millonésimos, de la 2,3,7,8-TCDD,  puede matar a una rata.


Imagen: Furano - crédito: Wikipedia

Más del 90% de la exposición humana se produce por  medio de los alimentos, en particular los productos cárnicos y lácteos, pescados y mariscos. Las dioxinas tienen elevada toxicidad y pueden provocar problemas de reproducción y desarrollo, afectar el sistema inmunitario, interferir con hormonas y, de ese modo, provocar cáncer.
Debido a la presencia generalizada de dioxinas, todas las personas tienen antecedentes de exposición, que se esperan no afecten a la salud humana; no obstante,  en vista del alto potencial de toxicidad de este tipo de compuestos, es preciso realizar esfuerzos por reducir los actuales niveles de exposición.
Las medidas más eficaces para evitar o reducir la exposición humana, son las adoptadas en el origen, o sea, la instauración de rigurosos controles de los procesos industriales con miras de minimizar en la mayor medida posible la formación de dioxinas.
Las dioxinas son contaminantes ambientales con el dudoso honor de pertenecer a la “docena sucia”, grupo de productos químicos peligrosos que forman parte de los llamados Contaminantes Orgánicos Persistentes [COP]. 
Las dioxinas son preocupantes por su elevado nivel tóxico, por cuanto una vez que han penetrado en el organismo, persisten en él durante mucho tiempo debido a su estabilidad química y a su fijación en el tejido graso. Se calcula que su semivida en el organismo oscila entre los 7 y 11 años. En el medio ambiente, tiende acumularse en la cadena alimentaria, cuando más arriba se encuentre el animal en dicha cadena, mayor es su concentración de dioxinas. Aún cuando la formación de dioxinas es local, su distribución ambiental es mundial, las dioxinas se encuentran en todo los medios del planeta; las mayores concentraciones se registran en algunos suelos, sedimentos y alimentos, especialmente en productos lácteos, carnes, pescados y mariscos. En cambio, sus concentraciones son muy bajas en  plantas, el agua y el aire.
Una de las causales es la existencia de grandes depósitos industriales de desecho  con PCB, muchos de ellos con grandes concentraciones de PCDF. El almacenamiento prolongado y su eliminación inadecuada pueden liberar dioxinas hacia el medio ambiente y contaminar alimentos humanos y animales. Estos residuos deben ser tratados como residuos peligrosos y su mejor opción es destruirlos mediante incineración a altas temperaturas.
En muchos países se analiza el contenido de dioxinas en los alimentos, lo que ha permitido, al detectarse,  reducir su impacto. En 2004 se detectó en los Países Bajos leche con alta concentración de dioxinas, el origen estaba en una arcilla utilizada en la producción de piensos; dos años después, 2006, se detectaron piensos con elevada concentración de dioxinas, cuyo origen estaba en la grasa contaminada que se utilizó en la producción de dichos piensos. 
A fines de 2008, Irlanda retiró del mercado toneladas de carne de cerdo y sub productos porcinos por estar contaminados hasta 200 veces más del límite autorizado. En 2007 la Comisión Europea advirtió a sus Estados Miembros de las altas concentraciones de dioxinas en un aditivo alimentario, la goma Guar, utilizada como espesante en pequeñas cantidades en las carnes, productos lácteos, postres y platos precocinados; el origen había sido en una goma Guar procedente de India que estaba contaminada con pentaclorofenol, un plaguicida que en la actualidad ya no es utilizado. En 1999 se encontró dioxinas en aves de corral y huevos procedentes de Bélgica; en 1998 se detectaron altas concentraciones de dioxinas en la leche vendida en Alemania, cuyo origen se encontraba en la pulpa de cítricos importados desde Brasil, y así siguen otros casos similares.

El efecto en la salud humana es variado, altas concentraciones de dioxina puede ocasionar lesiones cutáneas, tales como el acné clórico [el Presidente de Ucrania, Viktor Yushchenko, en 2004  su cara quedó desfigurada por acné clórico]; alteraciones inmunitarias, del sistema nervioso en desarrollo, del sistema endocrino y de la función reproductora.
No solamente el control de una sola empresa debe ser noticia, este compuesto químico está en todas partes, el control debiera ser total. Mientras no se mantenga una política intensa y comprometida con el medio ambiente, la posibilidad de detectar dioxinas, furanos u otros productos que afecten la vida humana siempre mantendrá la inquietud si lo que estamos consumiendo es apto para nuestra salud. 
El tema es extenso, sugiero leer los enlaces relacionados.
Fuente: OMS / Wikipedia / Alimentos y Salud / Terra  / CNN / TVN et al.
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