Imagen: Formula estructural y esquema de numeración de sustituyentes del compuesto principal de dibenzo-p-dioxina – crédito Wikipedia
La
noticia importante del momento en Chile, relacionada con alimentos, fue que el SAG [Servicio
Agrícola Ganadero] había detectado en una región Sur del país, que 43 mil kilos
de carnes de aves faenadas de una
empresa proveedora del rubro en sus diversas variedades, le habrían detectado
focos de estar contaminada con dioxina.
La
empresa cuestionada, habría reconocido la contaminación y que esta afectaría el
0,3% de sus productos.
Para
el público en general, ¿sabemos lo que son las dioxinas? He aquí un tema de investigación
que nos sirva de cultura general, por cuanto la mayoría de los productos con que nos alimentamos,
tienen algún tipo de químico afectando
nuestra salud.
Las
dioxinas constituyen un grupo de compuestos químicos que son contaminantes
ambientales persistentes. Se encuentran en el medio ambiente de todo el planeta
y se acumulan en la cadena alimentaria, principalmente, en el sistema adiposo
de los animales.
Las
dioxinas son compuestos químicos obtenidos a partir de procesos de combustión
que implican el cloro; el término se aplica en forma indistinta a las
policlorodibenzofuranos [PCCDF] y las policlorodibenzodiaxinas [PCDD].
El
nombre químico de la dioxina es 2,3,7,8 - tetraclorodibenzeno-para-dioxina [TCDD].
Dentro de todo el rango de tipos identificados, unos 419, sólo aproximadamente
30 de ellos poseen una toxicidad importante, siendo la TCDD la más tóxica.
En
los alimentos están presentes en forma de “trazas”, es decir, en cantidades del
orden del nanogramo
[mil millonésima parte de un gramo] y del picogramo [una billonésima parte de un gramo] por
kilogramo [mil gramos]. En los últimos años, las dioxinas se han hecho bastante
conocidas por cuanto su presencia preocupa el medio ambiente, aún cuando esté
en bajas concentraciones; algunas de ellas son
extremadamente tóxicas, y junto a ellas, podemos encontrar furanos, que
son compuestos químicos similares.
Las
dioxinas son fundamentalmente subproductos de procesos industriales, pero
también se pueden producir en forma natural, como son las erupciones volcánicas
y los incendios forestales. Son también productos no deseados de los procesos
de fabricación, como ser fundición, el blanqueo de la pasta de papel con cloro
o la fabricación de algunos herbicidas y plaguicidas.
Hay
varios cientos de dioxinas y furanos, una dosis simple de 6 millonésimos, de la
2,3,7,8-TCDD, puede matar a una rata.
Imagen: Furano - crédito: Wikipedia
Más
del 90% de la exposición humana se produce por
medio de los alimentos, en particular los productos cárnicos y lácteos,
pescados y mariscos. Las dioxinas tienen elevada toxicidad y pueden provocar
problemas de reproducción y desarrollo, afectar el sistema inmunitario,
interferir con hormonas y, de ese modo, provocar cáncer.
Debido
a la presencia generalizada de dioxinas, todas las personas tienen antecedentes
de exposición, que se esperan no afecten a la salud humana; no obstante, en vista del alto potencial de toxicidad de
este tipo de compuestos, es preciso realizar esfuerzos por reducir los actuales
niveles de exposición.
Las
medidas más eficaces para evitar o reducir la exposición humana, son las
adoptadas en el origen, o sea, la instauración de rigurosos controles de los
procesos industriales con miras de minimizar en la mayor medida posible la
formación de dioxinas.
Las dioxinas son
contaminantes ambientales con el dudoso honor de pertenecer a la “docena
sucia”, grupo de productos químicos peligrosos que forman parte de los llamados
Contaminantes Orgánicos Persistentes
[COP].
Las dioxinas son preocupantes por su elevado nivel tóxico, por cuanto
una vez que han penetrado en el organismo, persisten en él durante mucho tiempo
debido a su estabilidad química y a su fijación en el tejido graso. Se calcula
que su semivida en el organismo oscila entre los 7 y 11 años. En el medio
ambiente, tiende acumularse en la cadena alimentaria, cuando más arriba se
encuentre el animal en dicha cadena, mayor es su concentración de dioxinas. Aún
cuando la formación de dioxinas es local, su distribución ambiental es mundial,
las dioxinas se encuentran en todo los medios del planeta; las mayores
concentraciones se registran en algunos suelos, sedimentos y alimentos,
especialmente en productos lácteos, carnes, pescados y mariscos. En cambio, sus
concentraciones son muy bajas en
plantas, el agua y el aire.
Una de las causales es
la existencia de grandes depósitos industriales de desecho con PCB, muchos de ellos con grandes
concentraciones de PCDF. El almacenamiento prolongado y su eliminación
inadecuada pueden liberar dioxinas hacia el medio ambiente y contaminar
alimentos humanos y animales. Estos residuos deben ser tratados como residuos
peligrosos y su mejor opción es destruirlos mediante incineración a altas
temperaturas.
En muchos países se analiza el contenido de
dioxinas en los alimentos, lo que ha permitido, al detectarse, reducir su impacto. En 2004 se detectó en los
Países Bajos leche con alta concentración de dioxinas, el origen estaba en una
arcilla utilizada en la producción de piensos; dos años después, 2006, se
detectaron piensos con elevada concentración de dioxinas, cuyo origen estaba en
la grasa contaminada que se utilizó en la producción de dichos piensos.
A fines
de 2008, Irlanda retiró del mercado toneladas de carne de cerdo y sub productos
porcinos por estar contaminados hasta 200 veces más del límite autorizado. En 2007
la Comisión Europea
advirtió a sus Estados Miembros de las altas concentraciones de dioxinas en un
aditivo alimentario, la goma Guar, utilizada como espesante en pequeñas
cantidades en las carnes, productos lácteos, postres y platos precocinados; el
origen había sido en una goma Guar procedente de India que estaba contaminada
con pentaclorofenol, un plaguicida que en la actualidad ya no es utilizado. En
1999 se encontró dioxinas en aves de corral y huevos procedentes de Bélgica; en
1998 se detectaron altas concentraciones de dioxinas en la leche vendida en
Alemania, cuyo origen se encontraba en la pulpa de cítricos importados desde
Brasil, y así siguen otros casos similares.
El efecto en la salud humana es variado, altas
concentraciones de dioxina puede ocasionar lesiones cutáneas, tales como el acné
clórico [el Presidente de Ucrania, Viktor Yushchenko, en 2004 su cara quedó desfigurada por acné clórico];
alteraciones inmunitarias, del sistema nervioso en desarrollo, del sistema
endocrino y de la función reproductora.
No solamente el control de una sola empresa debe ser noticia, este compuesto químico está en todas partes, el control debiera ser total. Mientras no se mantenga una política intensa y comprometida con el medio ambiente, la posibilidad de detectar dioxinas, furanos u otros productos que afecten la vida humana siempre mantendrá la inquietud si lo que estamos consumiendo es apto para nuestra salud.
El tema es extenso, sugiero leer los enlaces relacionados.
Fuente: OMS / Wikipedia / Alimentos y Salud /
Terra / CNN / TVN et al.
Leer más: