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lunes, 21 de octubre de 2013

ADICTOS A LA COMIDA – [OBESIDAD]


Imagen: Entre el hambre y la saciedad – Crédito: Bryan Christie

Hasta la década de 1990, la obesidad solo fue considerada como un trastorno del comportamiento humano; las personas con sobrepeso, se creía que les faltaba fuerza de voluntad y auto control para evitarla. Desde entonces, el punto de vista ha ido cambiando en forma espectacular, al menos en el medio científico.
El bioquímico canadiense Douglas Coleman ha llevado a cabo investigaciones en el laboratorio Jackson en Bar Harbor, ha sido uno de los primeros científicos que han iniciado un cambio de opinión. Él ya evidenciaba en 1960 de que la obesidad mórbida y los trastorno en la alimentación, se debía, entre otras cosas, a factores genéticos. Muchas de sus ideas fueron confirmadas más tarde por el genetista molecular estadounidense Jeffrey Friedman de la Universidad Rockefeller en New York, por cuanto se llevaron a cabo experimentos con cepas de ratones que tenían en forma hereditaria, obesidad y diabetes.
Al final resultó que una de las cepas tenía un defecto genético que impide que las células de grasa liberen la hormona leptina.  Esta señal se distribuye normalmente en los ratones y los seres humanos después de las comidas, frenando el apetito y por lo tanto, frena el deseo de comer en forma adicional.
Otra cepa en los ratones, que tiende a la obesidad, también demostró ser portadora de una mutación del gen: Las células del cuerpo de los animales afectados ya no liberaban la leptina; estos resultados, tomados en conjunto, confirmaron que las hormonas regulan el apetito y por lo tanto, el peso del cuerpo. Este desequilibrio hormonal puede conducir a trastornos en la alimentación; de hecho, la obesidad es, en algunas familias con deficiencia  de leptina, lo que la determina genéticamente.

¿Si una rata comiera un trozo de chocolate, correría el riesgo de morir?
Recientemente se llevó a efecto un experimento, se dio  a las ratas un acceso ilimitado a la comida normal, ofreciéndoles alimentos de alto contenido calórico y muy apetecible para ellas como ser: Pastel de queso, salchichas y chocolate. Las ratas comieron estas bombas calóricas que al final, las transformaron en ratas obesas.
Luego, se instaló un sistema que afectaba a las ratas en el momento de comer, cuando se acercaban a la comida, recibían una descarga flash en sus patas, que las agarrotaba. Las ratas normales huían, en cambio las ratas obesas se comieron las salchichas, el pastel o el chocolate, ignoraron  la advertencia, su deseo de comer fue más fuerte que su instinto de conservación.
La pregunta es: ¿Son los ratones obesos adictos a la comida? La incapacidad para evitar cierto comportamiento, debido de que tiene consecuencias predecibles adversas, es la caracteristica general de los adictos.

Esta situación, se encuentra en las personas obesas. Muchas de ellas que dicen querer comer menos, siguen comiendo demasiado a pesar de ser concientes de las consecuencias negativas para su salud, resintiendo su vida social.
Según los estudios, la toma excesiva de  alimentos, activa los sistemas de recompensa en el cerebro, en algunas personas es tan fuerte, que no surge ninguna saciedad; cuando esta gente come, más fuerte crece su deseo de seguir consumiendo alimentos,  es similar al comportamiento de los alcohólicos y drogadictos, el ansia por consumir les impide evitarlo.
Al ser semejante al consumo de drogas la ingesta excesiva de alimentos, deben las personas ser medicamentadas a fin de que atenúen el sistema de recompensa del cerebro, lo que ayudará a las personas con sobrepeso a reducir la ingesta de calorías.

En definitiva, si la obesidad es una adicción, los investigadores deberán primeramente detallar las redes neuronales relacionadas con los procesos de adaptación  celular que causa una adicción a las drogas, lo que permitirá comprobar posteriormente si los mismos mecanismos son los que promueven la gula. Incluso es posible y probable que las redes neuronales, que juegan un papel  e la adicción a la cocaína o a comer en exceso, de hecho están localizadas en diferentes partes del cerebro, pero funcionan en forma similar. Una de las preguntas importantes es si las anomalías, como la falta de receptores de dopamina, facilitan tanto la drogadicción y la obesidad. De existir genes de riesgo comunes, estos podrían servir como objetivos para los fármacos que alivian ambos problemas.
Incluso, si resulta que la obesidad se basa en una verdadera adicción a la comida, y se encuentran los medicamentos eficaces en contra de esta adicción,  las personas con sobrepeso podrán seguir viviendo en el entorno habitual del ser humano. Este entorno es ha menudo problemático, por lo que nada va a cambiar, es lo que se sabe por la información obtenida por los drogadictos y alcohólicos, los estímulos ambientales son un motivo muy frecuente de recaída.
Las sociedades occidentales, que abundan con tentaciones relacionadas con grasas y azúcar, seguirán por lo tanto, haciendo muy difícil que las personas se alejen del sobrepeso.
Las personas con un índice de masa corporal superior a 30, deberían recibir consejos para su dieta.
Fuente: © Spektrum.de (Paul J. Kenny) / Wikipedia / Red Salud UC

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Traducción libre del alemán SOCA