Imagen_ Filtrado de la sangre, los desperdicios pasan a la vejiga - Crédito_ Wikimedia Commons
Frecuentemente
no está debidamente considerado el deterioro de la función renal característica
del envejecimiento humano y tiene consecuencias clínicas muy relevantes.
Aunque
en general se acepta que el envejecimiento conlleva un deterioro progresivo de
la función renal, esto no es del todo cierto. Estudios epidemiológicos clásicos
han demostrado que el declinar de la filtración glomerular (FG) es evidente en
aproximadamente el 30% de los individuos de una población, mientras que otro
30% envejecen sin modificaciones significativas de este parámetro. El resto de
los individuos muestran una reducción leve y progresiva del proceso de
filtración.
Considerando
estas cifras, y teniendo en cuenta que los cambios demográficos de los países
desarrollados están condicionando un claro envejecimiento poblacional, se puede
afirmar que la insuficiencia renal es un problema cuantitativo de primera
magnitud.
Los riñones
se encuentran entre los órganos afectados por el proceso de
envejecimiento. Riñones y envejecimiento se caracterizan por la progresiva
cicatrización y una medible disminución en la función renal.
Las
deficiencias en la función renal se asociaron con la mortalidad en todas las poblaciones. Por
lo tanto, si la edad de los riñones a una velocidad acelerada con relación a
los otros órganos en un individuo en particular, se puede revertir o detener, este puede ser
una estrategia útil terapéuticamente para tratar de postergar el proceso de
envejecimiento renal. En esta revisión, se discute la fisiología y
patogénesis del envejecimiento renal y se analizan posibles estrategias
terapéuticas para frenar el proceso de envejecimiento en los riñones.
Fuente: Revista
Hypertension Research 35 dic.2012
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