Las neurociencias son un conjunto de disciplinas
científicas que estudian la estructura, la función, el desarrollo de la
bioquímica, la farmacología y la patología el sistema nervioso y de cómo sus
diferentes elementos interactúan, dando lugar a las bases biológicas de la
conducta humana.
El estudio biológico del cerebro es un área
multidisciplinaría que abarca muchos niveles de estudio, desde el puramente
molecular, hasta el específicamente conductual y cognitivo, pasando por el
nivel celular [neuronas individuales], los ensambles y redes pequeñas de
neuronas [como las columnas corticales] y los ensambles grandes [como los
propios de la percepción visual], incluyendo sistemas como la corteza cerebral
o cerebelo, y, por supuesto, el nivel más alto del Sistema Nervioso.
Memorizar no es malo, es como funciona el cerebro
esencialmente, pero hay ocasiones en las que relacionando y comparando la
información, el aprendizaje se hace más efectivo. Si esa información
está asociada con el placer, entonces se obtiene un aprendizaje más que seguro.
Aprender es un proceso innato del ser humano, siempre
se está en constante aprendizaje. Este proceso adquiere mayor relevancia cuando
se traduce en el plano educativo, en la escuela. Todos los seres humanos han
pasado en esa etapa por malas experiencias, ya sea por tener malos profesores,
por aburridas clases o interminables horas de pizarra, abrumados por infinitos
número y palabras que más parecían jeroglíficos; todos indescifrables, y
alguien se ha preguntado ¿Por qué?
Felizmente, hoy en día el estudios de la conducta y de
los hábitos humanos, así como del funcionamiento completo de nuestro cerebro,
ha permitido encontrar algunas respuestas y ha colaborado con una mejor
implementación en el campo educativo. Los grandes avances de la neurociencia
han consentido develar los mecanismos cerebrales que hacen posible el aprender,
recordar y grabar información en el cerebro de manera permanente.
Según la educadora neurocientífica, e investigadora norteamericana
Judy Willis, postula que hay tres sistemas cerebrales principales, a los
que llama RAD [R = Sistema activador
reticular (SAR), A = Amígdala y D = Dopamina]; que la relación entre educación y neurociencia es la llave para crear mejores
cerebros; planteando que en el proceso de aprendizaje es necesario valorar dos
puntos cardinales: En primer lugar el estado de ánimo del alumno, es decir, la
predisposición que éste tenga hacia la captación de una información novedosa. Si
el alumno está contento, la información recepcionada será aprendida con mayor
facilidad, de lo contrario, las horas frente al profesor poco o nada habrá
valido la pena.
En segundo lugar, resulta importante la metodología en
la enseñanza, porque depende en gran parte
de la manera cómo el estudiante se predisponga para aprender.
Según la investigadora, son las emociones las que
conducen la memoria, esto significa que si las emociones son placenteras, el
rechazo a la información novedosa será menor, y por consiguiente, el
aprendizaje es más efectivo.
Para la neurociencia, al cerebro se le agiliza el
aprendizaje cuando incorpora mediante esquemas, mapas, gráficos y cualquier
otra herramienta que permita la formalidad y el orden. La información mostrada
de forma organizada y estructurada, incorpora una actitud positiva para captar
la atención del alumno. Dicha información se maximiza cuando ésta se relaciona
con aprendizajes previos, es decir, vivencias personales que los alumnos tienen
y que permiten entender mejor lo aprendido.
Aprendizaje 2 Crédito foto: Sociedad Pediatría
La neurociencia continúa desenredando los mecanismos
del cerebro, y en el ámbito educativo ha colaborado mucho.
Según el neurocientífico Ignacio Morgado, actualmente
se ha podido concluir que la educación memorística ha sido correcta, pese a
haber sido satanizada por mucho tiempo. El memorismo resulta la mejor forma de aprender muchos conceptos que
se determinan por hábitos o formas de hacer las cosas. Una suma siempre
será la misma, por eso se repite hasta memorizarla; sin embargo, existen otras
formas de aprendizaje, como el racional, que consiste en aprender hechos,
episodios y circunstancias en la vida que, más que repetir, requiere relacionar
cosas. Cuanto más cosas compramos, cuanto más nos relacionamos, más y mejor
aprendemos, afirma el neurocientífico.
Memorizar no está mal, porque es como trabaja el
cerebro, pero el aprendizaje actual no se sirve de una única fuente. Hoy
en día, los alumnos tienen la posibilidad de contrastar la información nueva
con otras fuentes que le permitan ampliar y comprobar el conocimiento. Es la
razón por el cual el aprendizaje necesita de una estrategia cognitiva que lo
guíe.
El repetir la información hasta memorizarla sirve como
guía de aprendizaje, pero si lo que se quiere es aprender hechos y
conocimientos, episodios que han ocurrido, el memorismo no será insuficiente.
Entonces es más efectivo aprender por contraste, utilizando las diversas
fuentes de información.
Aprender mediante la experiencia puede resultar mejor,
mediante las sensaciones de un específico hecho, sobre un evento en especial.
Cada vez que se repita la situación estaremos mejor preparados para afrontarla,
porque dejará de ser nueva para nosotros y reaccionaremos más rápido y mejor.
El proceso de aprendizaje para la investigadora Judy
Willis, hace necesario que toda información novedosa, antes de ser aprendida,
debe pasar por tres importantes filtros en nuestro cerebro. Estos filtros
favorecen la discriminación y la atención del cerebro a lo que realmente le
interesa absorber como aprendizaje.
Los filtros están presentes en el sistema de
aprendizaje RAD, que como ya se indicó anteriormente, corresponde al Sistema Reticular de activación (SAR), al filtro positivo de la Amígdala
y la intervención de la Dopamina.
Crédito foto Verónica’s Portafolio
Cada
uno de ellos se determina por las emociones, si son positivas, el acceso de la
novedad al cerebro se realizará con mayor rapidez. Si el cerebro detecta estrés, puede combatir y
bloquear la información.
El
Neurocientífico Ignacio Morgado, agrega a lo expuesto, que las emociones son de
relevante importancia para el aprendizaje, porque determinan finalmente la
decisión del ser humano al elegir entre varias opciones. El uso de la razón se
mantiene limitado al análisis de las probabilidades, pero es la decisión final
que las emociones determinan la elección según las sensaciones que nos
producen.
Esto
significa, que cuando mejor sea el ambiente para aprender, mejor será el
aprendizaje. Es por eso que es importante la didáctica en el proceso educativo.
Está claro que no sólo el memorismo resulta beneficioso, sino también existen
ciertas maneras según sea el caso de lo que se requiera aprender. Cada vez
los niños son más hábiles y más veloces en su pensamiento, por eso es
necesario mejorar las herramientas para capturar su atención.
Es
por todo esto que la educación debe centrar sus esfuerzos en captar la atención
del alumno con la mayor variedad de posibilidades, siempre buscando estimular
la satisfacción de éste en el proceso educativo. La transferencia de
información estructurada utilizando medios agradables, permitirá que el alumno
capte la información placenteramente.
La
variante de educar relacionando experiencias, puede resultar satisfactoria si a
lo expuesto, se suma un correcto manejo de las emociones. Gracias al aporte de la Neurociencia , es
posible que los profesores y las clases,
dejen de ser aburridas y por el contrario, el aprendizaje sea, una actividad
placentera y efectiva. Sencillamente inolvidables.
Fuente:
eLiceo et al.
Vídeo:
Conferencia
de Sarah-Jayne Blakemore (Neurocientífica Cognitiva):
Leer más:
Judy
Willis (Neurocientífica y Educador):
Sarah-Jayne
Blakemore (Neurocientífica Cognitiva)
Ignacio
Morgado – Psicobiólogo – entrevista:
Ignacio
Morgado, Libro: “Como percibimos el Mundo”