El sitio de estudio abarca el bioma de bosques
tropicales y subtropicales húmedos (Olson et al., año 2001) con elevaciones de
<1000 m .,
los puntos negros indican epicentros activos y posibles sitios para desarrollar
la minería del oro (es decir, geográficos centroides) basada en revisiones de
la literatura expuesta por entidades del gobierno y bases mineras privadas.
Esto de acuerdo con una nueva investigación publicada el 13
de enero de 2015, en el Journal de IOP Publishing Environmental Research Letters.
El artículo destaca el crecimiento del impacto ambiental de
la minería de oro en algunas de las regiones con mayor diversidad
biológica en los trópicos.
Investigadores de la Universidad de Puerto Rico han demostrado que
entre 2001 y 2013, se han perdido alrededor de 1680 km2 de selvas en Sudamérica como
resultado de la minería de oro, la misma que ha crecido de 377 km2 a 1.303 km2 desde la crisis económica global del
año 2007.
Además, cerca del 90% de esta pérdida de selvas ocurrió
en sólo cuatro áreas, y una gran proporción ocurrió cerca de áreas de
conservación.
La autora líder de la investigación Nora L. Álvarez-Berrios dijo,
“Si bien la pérdida de selva debido a la
minería es menor en extensión cuando se compara con la deforestación ocasionada
por otro tipo de usos del suelo, como para agricultura o pastura; la
deforestación debido a la minería está ocurriendo en uno de las regiones con
mayor diversidad biológica en los trópicos. Por ejemplo en la región Madre
de Dios en Perú, una hectárea de selva puede albergar hasta 300 especies de
árboles”.
La producción global de oro ha aumentado de 2.445 toneladas
métricas en el año 2000, a
2.770 toneladas métricas en 2013 para satisfacer la demanda creciente impulsada
por el consumo personal y la incertidumbre en los mercados financieros
globales.
El aumento en la demanda de oro ha sido paralela al
dramático incremento de su precio, que ha ido de 250 dólares por onza en el año
2000, a
1.300 dólares por onza en 2013 (un 420%).
Esto ha estimulado nuevas actividades de minería de oro
alrededor del mundo y ha hecho posible que se minen áreas que antes no eran
redituables, como los depósitos bajo las selvas tropicales.
Esto puede llevar a una gran pérdida de
selva, y dar como resultado en fuerte impactos ambientales y ecológicos serios
originados por la eliminación de la vegetación, la creación de caminos y vías
ferroviarias para acceso y la creación de asentamientos desorganizados.
Algunos de los impactos a largo plazo incluyen imposibilitar
la regeneración de la vegetación, alterar los patrones pluviales, la pérdida
permanente de biodiversidad, y la liberación de CO2 a la atmósfera.
En su estudio, los investigadores buscaron cuantificar el
impacto de las minas de oro en los bosques tropicales al crear una base de
datos geográfica que destacaba la ubicación de minas nuevas entre los años 2000
y 2013.
Luego se comparó esa base de datos con los mapas de
cobertura del suelo anuales que muestran el cambio en la selva durante el mismo
periodo.
El estudio abarcó el bioma de pluvisilva en Sudamérica
debajo de los 1000 m ,
cubriendo así Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam, Guyana Francesa, Brasil,
Ecuador, Perú y Bolivia.
Los resultados mostraron que a lo largo del periodo de 13
años, el 89% de la pérdida de selva ocurrió en sólo cuatro regiones: la
ecoregión de pluvisilva de Guyana, la ecoregión de pluvisilva del suroeste
amazónico, la ecoregión de pluvisilva de Tapajós-Xingú, y la región de
Magdalena Valle-Urabá.
Pese a que hubo poca deforestación dentro de las áreas
estrictamente protegidas, cerca de un tercio de la deforestación total ocurrió
dentro de una zona de amortiguación de 10 km alrededor de estas áreas, por lo que de
cualquier manera se vieron afectadas por los contaminantes químicos dañinos que
se dispersaron de un área minera.
“Para
aminorar la cantidad de deforestación que ocurre como resultado de la minería
del oro en las selvas, es importante crear conciencia entre los consumidores de
oro, para que entiendan los impactos ambientales y sociales que tiene la compra
de joyería de oro o invertir en él. También es
importante alentar la creación de métodos de extracción más responsables para
ayudar a los mineros a extraer oro de una manera más eficiente y así evitar más
daños a las selvas”,
dice Nora L. Álvarez-Berríos.
El trabajo de Nora L. Álvarez-Berríos
y T. Michell Aider titulado “Global
Demand for Gold is another threat for Tropical Forest” (“La Demanda Global de oro
es otra treta para (eliminar los) bosques tropicales”) se encuentra en IOP
Science del 13 de enero de 2015 –
doi:10.1088/1748-9326/10/1/014006
doi:10.1088/1748-9326/10/1/014006
Fuente: IOP Latinoamericana 14.ene.2015
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