Los animales están desapareciendo rápidamente
de los bosques de Borneo y en todo el mundo. Crédito de la foto: Christian Ziegler
La
Época del Pleistoceno es una división de la escala temporal geológica, época
geológica que comienza hace unos 2,59 millones de años finalizando
aproximadamente 10.000 años a.C. Es la segunda época de la Era Cenozoica , del Período
Cuaternario; es precedida por el Holoceno (o época actual) y seguida por el
Plioceno del período Neógeno.
Durante la
Época del Pleistoceno, aproximadamente unos 35.000 años atrás, nuestro planeta
soportaba a grandes animales, entre ellos se encuentran los mamuts, las
inmensas aves que aterrorizaban el aire,
tortugas gigantes, los tigres dientes de sable y muchas otras especies menos
conocidas tales como perezosos gigantes terrestres (algunas de los cuales alcanzaron
7 metros
de altura) y los gliptodontes (que se parecían a los armadillos y su tamaño era
parecido a un automóvil), etc. Desde
entonces, sin embargo, el número y la diversidad de especies animales en la Tierra , han disminuido en
forma constante.
Actualmente, la fauna que tiene nuestro planeta
es una fauna relativamente empobrecida y cada día seguimos perdiendo especies
de animales, caminando rápidamente a la
extinción.
Aunque algunos
persisten en debatirlo, la mayoría acepta la evidencia que sugiere que los seres humanos son responsables
de la extinción de esta fauna del Pleistoceno, en especial si continuamos
impulsando las extinciones de animales a través de la destrucción de las
tierras salvajes, el consumo de los animales como recurso alimenticio o el lujo de
la caza como deporte. Al verlos como amenazas o competidores.
Tal pérdida
global de especies animales, o defaunación, se reconoce como un problema
relacionado con la deforestación en los
términos de escala e impacto.
Podemos por
razones emocionales o estéticas lamentar la pérdida de las grandes especies, como ser tigres, rinocerontes, osos
panda, elefantes y hasta el más pequeño escarabajo; pero ellos son necesarios porque
evitan alterar la forma y función de los ecosistemas del cual dependen los
seres humanos.
Según la Revista Science , los
grandes animales o “Megafauna” se enfrentan a la mayor tasa de descenso, tendencia que
coincide con los eventos de las extinciones anteriores. Crédito de la imagen
amoghayarsha.com - Wikipedia
Ahora
bien, ¿porque se habla de defaunación?, porque experimentos realizados en Kenia
han revelado que al desaparecer las especies más grandes, aumentan los
roedores, y con ellos, la abundancia de los ectoparásitos portadores de enfermedades
afectan directamente a la especie humana.
Al
día 28 de julio de 2014, la Oficina de U.S. Census
Bureau registra una población mundial de 7.180 millones de habitantes, lo que
significa que en los últimos 35 años los seres humanos se han duplicado, no así
los animales invertebrados, por ejemplo los escarabajos, arañas, mariposas,
gusanos y otros, los cuales han disminuido un promedio de un 47%; los animales anfibios están seriamente
amenazados, ellos disminuyeron un 41%;
en cuanto las especies de pájaros, están en peligro, su disminución es un 17%.
Esta
situación está llevando a la conclusión según
un informe elaborado en el año 2004 por el Earth Policy Institute,
institución norteamericana dedicada a promover el desarrollo sostenible
presidida por Lester Brown, alertó que nuestro único hogar, el planeta Tierra estaba
viviendo la Sexta Gran
Extinción masiva de su historia, y la primera que es causada por una de las especies
que la habitan y que la desaparición de ellas es la más severa de los últimos 50
millones de años
La
extinción masiva más conocida, fue hace 65 millones de años, provocando la
desaparición de los dinosaurios, y la última es la registrada hace 10 millones
de años.
Desde
el año 1500, se han extinguido más de
320 vertebrados terrestres; la población restante de animales, muestran una
disminución promedio del 25%.
Ante
una situación que los científicos consideran irreversible, han propuesto que la
actual época geológica en que vivimos, sea
conocida como Época Defaunación
del Antropoceno [Anthropocene Defaunation en inglés], sustituyendo la actual época del Periodo Cuaternario debido al
significativo impacto global de las actividades humanas sobre los ecosistemas
terrestres.
Hace
10 años atrás ya se advertía que las actividades humanas hacen que cada año,
desaparezcan miles de especies de nuestro planeta, desde los pequeños
microorganismos a los enormes mamíferos, sin que muchos de ellos hayamos sabido
siquiera de su existencia.
También
se señalaba que el nivel de extinción alcanzado es entre 1.000 y 10.000 veces
más rápido que el de los últimos 60 millones de años, durante los cuales, el
crecimiento de las nuevas especies ha sido más rápida que la desaparición de
otras formas de vida, proceso que se ha
invertido.
Otro
informe ha señalado que por causa del cambio climático, también provocado por las
actividades de los seres humanos, el 15% de las especies animales y el 37% de
las especies de plantas podrían desaparecer hacia el año 2050.
Un
trabajo de los biólogos de la
Universidad de California en Santa Bárbara efectuado en el
año 2008, señala que la Tierra
está sufriendo la Sexta Extinción
masiva de plantas y animales, provocando que estén en vías de desaparecer cerca
del 50% de las especies.
Tortuga
gigante Aldabrachelys Gigantea, introducida en Round Island (Islas Mauricio)
para sustituir a la extinta tortuga gigante local. Crédito Nik Cole
Sinc ha informado de dos artículos que aparecen en un
especial de la Revista Science ;
uno de ellos se refiere al trabajo realizado por expertos de la Universidad de
California relacionado con el Proyecto Salud y Análisis de los Ecosistemas de
Asociación (HEAL por sus siglas en inglés), que se refiere a los conflictos sociales
derivados de la disminución actual de la fauna terrestre. Según los autores, la
caza y la pesca comportan el 15% del
sustento de la población mundial, por lo que la perdida de estos recursos ha
provocado que las condiciones de trabajo se endurezcan, se amplíen las horas de
trabajo reduciendo los salarios mediante el tráfico de adultos y de niños, como
sucede en África y Asia, donde ante la perdida de animales de caza y pesca, ha
promovido el endurecimiento del trabajo al promoverse la explotación infantil.
Una
tercera investigación liderada por el investigador Phillip Seddon efectuada por
la Universidad
de Otago de Nueva Zelanda, también publicada por la Revista Science , valora los
esfuerzos humanos para reintroducir animales en el entorno salvaje y recolonizar
áreas donde ya estos habían desaparecido.
Para
el científico, donde se aprecia más el patrimonio natural, es Nueva Zelanda,
las personas suelen conservar mejor la biodiversidad; según Sinc, Seddon señala: “Si las reintroducciones tienen lugar en
el hábitat adecuado, incluso en zonas dominadas por los seres humanos, no solo
se puede restaurar la especie, sino también se restablecen las conexiones
humanas con el mundo natural”; luego agrega que en el trabajo también se
han considerado futuras técnicas de clonación a fin de poder recuperar especies
extintas porque “Se trata de una opción muy real que plantea muchos interrogantes
acerca de la elección de los candidatos
que se podrían recuperar o sobre la capacidad de resucitar ejemplares,
restándole importancia a la preocupación global por la desaparición de
especies”.
Cuando
la humanidad desarrolló la agricultura hace 11.000 años, el planeta tenía una
población de unos seis millones de habitantes, el crecimiento demográfico ha
llevado en la actualidad a replegar la cubierta forestal planetaria en 16
millones hectáreas, en su mayoría, los bosques forestales donde el nivel de diversidad biológica es bastante más alto; los pantanos ricos en
especies han sufrido una reducción a la mitad durante el pasado siglo XX; son
algunas de las consecuencias de la superpoblación humana unida a una deficiente
gestión de los recursos.
La
degradación de los hábitats es la mayor amenaza actual al estar afectando al
90% de las especies más sensibles de la Tierra.
Entre
las soluciones, está la propuesta del profesor Rodolfo Dirzo de la Universidad de
Stanford, comunicado que indica reducir inmediatamente las tasas de transformación
de los hábitats y sobreexplotación, con enfoques adaptados a las regiones y
situaciones individuales.
Justin
Brashares, investigador de la
Universidad de California señala a Sinc que para tratar el
problema sería preciso diseñar medidas que “Reconozcan
las áreas afectadas, identifiquen las partes interesadas y trabajen con los
gobiernos locales mediante acuerdos internacionales”.
Todos
los investigadores parecen coincidir en la importancia del trabajo local para
que uniendo piezas, se pueda obtener un resultado a gran escala.
Esta
concepción de las soluciones resulta esencial, pues señala que en parte estaría
en manos de todos los seres humanos idear, impulsar, respaldar y colaborar en
las iniciativas que modifiquen este
preocupante panorama.
Yeray
Martinez experto en gestión forestal y
Director de la Empresa Mirlo
Positive Nature, propuso en el año 2013 a Tendencias 21 que “la inteligencia colectiva podría
salvar el medio ambiente”.
Veremos si la ambición desmedida y su estupidez asociada no lo impiden.
Fuente:
Wikipedia / Tendencias 21 / Science / Agencias Sinc / Stanford University / et
al.
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