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sábado, 15 de febrero de 2014

EL PLACER DE APRENDER RELACIONANDO EXPERIENCIAS - NEUROCIENCIA Y EDUCACIÓN


Neurociencia  

Las neurociencias son un conjunto de disciplinas científicas que estudian la estructura, la función, el desarrollo de la bioquímica, la farmacología y la patología el sistema nervioso y de cómo sus diferentes elementos interactúan, dando lugar a las bases biológicas de la conducta humana.
El estudio biológico del cerebro es un área multidisciplinaría que abarca muchos niveles de estudio, desde el puramente molecular, hasta el específicamente conductual y cognitivo, pasando por el nivel celular [neuronas individuales], los ensambles y redes pequeñas de neuronas [como las columnas corticales] y los ensambles grandes [como los propios de la percepción visual], incluyendo sistemas como la corteza cerebral o cerebelo, y, por supuesto, el nivel más alto del Sistema Nervioso.
Memorizar no es malo, es como funciona el cerebro esencialmente, pero hay ocasiones en las que relacionando y comparando la información, el aprendizaje se hace más efectivo. Si esa información está asociada con el placer, entonces se obtiene un aprendizaje más que seguro.

Aprender es un proceso innato del ser humano, siempre se está en constante aprendizaje. Este proceso adquiere mayor relevancia cuando se traduce en el plano educativo, en la escuela. Todos los seres humanos han pasado en esa etapa por malas experiencias, ya sea por tener malos profesores, por aburridas clases o interminables horas de pizarra, abrumados por infinitos número y palabras que más parecían jeroglíficos; todos indescifrables, y alguien se ha preguntado ¿Por qué?

Felizmente, hoy en día el estudios de la conducta y de los hábitos humanos, así como del funcionamiento completo de nuestro cerebro, ha permitido encontrar algunas respuestas y ha colaborado con una mejor implementación en el campo educativo. Los grandes avances de la neurociencia han consentido develar los mecanismos cerebrales que hacen posible el aprender, recordar y grabar información en el cerebro de manera permanente.

Según la educadora neurocientífica, e investigadora norteamericana Judy Willis, postula que hay tres sistemas cerebrales principales, a los que llama RAD [R = Sistema activador reticular (SAR), A = Amígdala y D = Dopamina];  que la relación entre educación  y neurociencia es la llave para crear mejores cerebros; planteando que en el proceso de aprendizaje es necesario valorar dos puntos cardinales: En primer lugar el estado de ánimo del alumno, es decir, la predisposición que éste tenga hacia la captación de una información novedosa. Si el alumno está contento, la información recepcionada será aprendida con mayor facilidad, de lo contrario, las horas frente al profesor poco o nada habrá valido la pena.
En segundo lugar, resulta importante la metodología en la enseñanza, porque depende en gran parte  de la manera cómo el estudiante se predisponga para aprender.
Según la investigadora, son las emociones las que conducen la memoria, esto significa que si las emociones son placenteras, el rechazo a la información novedosa será menor, y por consiguiente, el aprendizaje es más efectivo.
Para la neurociencia, al cerebro se le agiliza el aprendizaje cuando incorpora mediante esquemas, mapas, gráficos y cualquier otra herramienta que permita la formalidad y el orden. La información mostrada de forma organizada y estructurada, incorpora una actitud positiva para captar la atención del alumno. Dicha información se maximiza cuando ésta se relaciona con aprendizajes previos, es decir, vivencias personales que los alumnos tienen y que permiten entender mejor lo aprendido.

 Aprendizaje 2 Crédito foto: Sociedad Pediatría

La neurociencia continúa desenredando los mecanismos del cerebro, y en el ámbito educativo ha colaborado mucho.
Según el neurocientífico Ignacio Morgado, actualmente se ha podido concluir que la educación memorística ha sido correcta, pese a haber sido satanizada por mucho tiempo. El memorismo resulta la  mejor forma de aprender muchos conceptos que se determinan por hábitos o formas de hacer las cosas. Una suma siempre será la misma, por eso se repite hasta memorizarla; sin embargo, existen otras formas de aprendizaje, como el racional, que consiste en aprender hechos, episodios y circunstancias en la vida que, más que repetir, requiere relacionar cosas. Cuanto más cosas compramos, cuanto más nos relacionamos, más y mejor aprendemos, afirma el neurocientífico.

Memorizar no está mal, porque es como trabaja el cerebro, pero el aprendizaje actual no se sirve de una única fuente. Hoy en día, los alumnos tienen la posibilidad de contrastar la información nueva con otras fuentes que le permitan ampliar y comprobar el conocimiento. Es la razón por el cual el aprendizaje necesita de una estrategia cognitiva que lo guíe.
El repetir la información hasta memorizarla sirve como guía de aprendizaje, pero si lo que se quiere es aprender hechos y conocimientos, episodios que han ocurrido, el memorismo no será insuficiente. Entonces es más efectivo aprender por contraste, utilizando las diversas fuentes de información.
Aprender mediante la experiencia puede resultar mejor, mediante las sensaciones de un específico hecho, sobre un evento en especial. Cada vez que se repita la situación estaremos mejor preparados para afrontarla, porque dejará de ser nueva para nosotros y reaccionaremos más rápido y mejor.

El proceso de aprendizaje para la investigadora Judy Willis, hace necesario que toda información novedosa, antes de ser aprendida, debe pasar por tres importantes filtros en nuestro cerebro. Estos filtros favorecen la discriminación y la atención del cerebro a lo que realmente le interesa absorber como aprendizaje.
Los filtros están presentes en el sistema de aprendizaje RAD, que como ya se indicó anteriormente, corresponde al Sistema Reticular  de activación (SAR), al filtro positivo de la Amígdala y la intervención de la Dopamina.
 Crédito foto Verónica’s Portafolio 

Cada uno de ellos se determina por las emociones, si son positivas, el acceso de la novedad al cerebro se realizará con mayor rapidez. Si el  cerebro detecta estrés, puede combatir y bloquear la información.
El Neurocientífico Ignacio Morgado, agrega a lo expuesto, que las emociones son de relevante importancia para el aprendizaje, porque determinan finalmente la decisión del ser humano al elegir entre varias opciones. El uso de la razón se mantiene limitado al análisis de las probabilidades, pero es la decisión final que las emociones determinan la elección según las sensaciones que nos producen.
Esto significa, que cuando mejor sea el ambiente para aprender, mejor será el aprendizaje. Es por eso que es importante la didáctica en el proceso educativo. Está claro que no sólo el memorismo resulta beneficioso, sino también existen ciertas maneras según sea el caso de lo que se requiera aprender. Cada vez los niños son más hábiles y más veloces en su pensamiento, por eso es necesario mejorar las herramientas para capturar su atención.

Es por todo esto que la educación debe centrar sus esfuerzos en captar la atención del alumno con la mayor variedad de posibilidades, siempre buscando estimular la satisfacción de éste en el proceso educativo. La transferencia de información estructurada utilizando medios agradables, permitirá que el alumno capte la información placenteramente.

La variante de educar relacionando experiencias, puede resultar satisfactoria si a lo expuesto, se suma un correcto manejo de las emociones. Gracias al aporte de la Neurociencia, es posible que los profesores  y las clases, dejen de ser aburridas y por el contrario, el aprendizaje sea, una actividad placentera y efectiva. Sencillamente inolvidables.
Fuente: eLiceo et al.
Vídeo:
Conferencia de Sarah-Jayne Blakemore (Neurocientífica Cognitiva):
 
Leer más:
Judy Willis (Neurocientífica y Educador):
Sarah-Jayne Blakemore (Neurocientífica Cognitiva)
Ignacio Morgado – Psicobiólogo – entrevista:
Ignacio Morgado, Libro: “Como percibimos el Mundo”

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