El
dióxido de carbono, que proviene principalmente de las emisiones relacionadas
con el combustible fósil, es responsable del 80% de este incremento; el aumento
del CO2 atmosférico entre 2011 y 2012 fue de 2,2 partes por millón, superior a
la tasa media de crecimiento en los últimos 10 años. Este mayor máximo, sin
precedentes, significa una continua y acelerada tendencia que está determinando
el cambio climático, afectando el futuro de nuestro planeta durante los próximos
cientos o miles de años venideros.
De
acuerdo al Boletín, desde comienzo de la
era industrial en 1750, la concentración atmosférica media del CO2 se incrementó en un 41%, la del metano en un
160% y la del óxido nitroso en un 20%. Lo que está sucediendo en la atmosfera
de la Tierra ,
forma parte de algo que tiene un alcance mucho mayor. Sólo aproximadamente la
mitad del CO2 emitido por la actividad de los seres humanos,
permanece en la atmósfera, el resto es absorbido por la biosfera y los océanos.
El
Secretario General de la OMM ,
Michel Jarraud, ha declarado que: “Las
observaciones de la Red
de Vigilancia de la Atmósfera Global
de la OMM muestran
claramente de nuevo cómo los gases
debido a las actividades humanas, que atrapan el calor, alteran el natural
equilibrio de la atmósfera y son una contribución importante al cambio climático”.Jarraud
continúa señalando: “En su reciente 5º
informe de evaluación, el Grupo Internacional de Expertos sobre el Cambio Climático
[IPCC] ha hecho hincapié en que las concentraciones de dióxido de carbono,
metano y óxido nitroso, han aumentado a niveles sin precedentes en los últimos
800.000 años; y como consecuencia de ello, nuestro clima está cambiando, el
tiempo es más extremo, los mantos de hielo y los glaciares se están fundiendo y
el nivel del mar se está elevando”.
El
Sr. Jarraud señaló que: “Según el IPCC,
de continuar la actual evolución en forma uniforme, a fines del presente siglo
las temperaturas medias a nivel mundial podrán llegar a unos 4,6 grados
superior a los niveles preindustriales, e incluso mayores en algunas partes del
planeta, lo que significaría devastadoras consecuencias. Para contener el
cambio climático, es necesario reducir en forma sustancial y sostenible, las
emisiones de gases de efecto invernadero, se tiene que actuar ahora, de otra
forma, se estará poniendo en peligro el futuro de las próximas generaciones”.
El
Boletín de Gases de Efecto Invernadero de la OMM , informa sobre las concentraciones atmosféricas
y no las emisiones de estos gases. Las emisiones representan el total de los
que entra en la atmósfera, mientras que las concentraciones representan lo que
queda en la atmósfera después del complejo sistema de interacciones entre la
atmósfera, biosfera y los océanos.
Aún
cuando este Boletín pudiera parecer
alarmista, la realidad, pocas veces conocida por los seres humanos, es mayor a lo
que realmente se comenta. El dióxido de carbono es una consecuencia directa de
la quema de combustibles fósiles y la deforestación, las cifras indican un
aumento sostenido y acelerado en los últimos 10 años.
Durante el
presente año, 2013, las concentraciones horarias y diarias superaron el umbral
simbólico de 400 partes por millón en varias partes del planeta.
El CO2 se mantiene en
la atmósfera durante cientos e incluso
miles de años, será determinante en gran medida del calentamiento global medio en
superficie hacia fines del presente siglo XXI y posteriormente, pudiéndose
mantener durante los siglos siguientes, aún cuando se detuvieran las emisiones
inmediatamente.
El metano es el
segundo gas de efecto invernadero de larga duración; el 40% de las emisiones de
metano a la atmosfera proceden de
fuentes naturales, como ser los humedales y un 60% de las actividades como la ganadería, el
cultivo del arroz, la explotación de combustibles fósiles, los vertederos de
basura y la combustión de la biomasa.
En el año 2012
el metano atmosférico alcanzó un máximo sin precedentes, aproximadamente 1819
partes por millón de millones [ppm] debido al incremento de las emisiones
procedentes de fuentes antropogénicas [por efecto de los seres humanos], para
un mejor control, se requiere una mayor cobertura atmosférica con elementos más
sofisticados que en la actualidad no se
encuentran disponibles.
El tercer gas
es el óxido nitroso, emitido a la atmósfera procedente de fuentes naturales en
un 60% y antropogénicas aproximadamente en un 40%, en particular, por los océanos,
el suelo, la combustión de biomasa, el uso de fertilizantes y diversos procesos
industriales. En el año 2012 la concentración
atmosférica fue de 325,1 ppb significando un aumento de 0,9 ppb con respecto al
año 2011.
El óxido
nitroso juega también un importante papel en
la destrucción de la capa de ozono estratosférico que nos protege de los
perjudiciales rayos ultravioletas del Sol.
Otros gases de efecto invernadero de larga
duración son los clorofluorocarbonos [CFC],
los hidroclorofluorocarbonos [HCFC] que en el último tiempo, muestran un rápido y sostenido aumento.
Todo este conjunto de antecedentes, sólo nos lleva a pensar que de no tomar a nivel socio cultural conciencia de lo que significa un cambio climático para la raza humana, el futuro de nuestro hogar, la Tierra, está en nuestra manos. La solución es obvia.
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