Primavera en la
zona del Alto Rhin, los árboles frutales plenos de floración, pero apenas una abeja es visible. ¿Es la consecuencia del
severo invierno recién pasado o las abejas son víctimas de lps plaguicidas infames
que las matan?
¿Qué es lo que hace fracasar en
el presente año a las industriosas recolectoras de miel que no lograrán una
buena cosecha para sus colmenares?
Anteriormente
se pensaba que la extinción de los insectos polinizadores se debía a la agricultura
intensiva del siglo 20; pero en realidad, la extinción habría comenzado
probablemente mucho antes.
Los insectos
polinizadores, como los aberrojos y las abejas silvestres comenzaron a
desaparecer alrededor de la mitad del siglo 19, debido probablemente al aumento
en la utilización de fertilizantes en la forma del guano,
que se obtenía desde América del Sur. Además, los cultivos cambian
frecuentemente.
Esto está en
contraste con la anterior opinión de que
solo la intensiva mecanización de la agricultura a mediados del siglo XX habría
acabado con muchos insectos polinizadores.
En realidad, la
principal parte de la extinción, comenzó de este modo alrededor del año 1920 y no sólo con la
intensificación de la agricultura provocada por la Segunda Guerra Mundial, que fue
considerada como la principal causa de disminución de la biodiversidad.
En el Reino
Unido el equipo de investigación liderado por Jeff Ollerton, y los Drs. Robin
Crockett e Hilary Erenler, de la Universidad de
Northampton junto con Mike Edwards de la BWARS han evaluado medio millón de registros
históricos del comportamiento de las abejas, avispas y hormigas británicas que
poseía la BWARS
(Bees, Wasps & Ants Recording Society)
en el curso de su historia.
Esta
investigación generó tres importantes preguntas:
1
¿Cuántas especies de aviaspas y abejas que visitan las flores, se han
extinguido en el Reino Unido?
2
¿Es la tasa de extinción (por ejemplo, el número de especies por décadas)
constante o variable en el tiempo?
3
¿Se puede interpretar los patrones en relación a los cambios sociales más
amplios, por ejemplo, en la política agrícola, las estrategias de conservación,
etc.?
En relación a
la pregunta 1, 23 especies de abejas y avispas, se han extinguido. Este
dato varía en el tiempo de la avispa crabronid - Lestica clupeata (la última
observada en 1853) a la abeja solitaria Andrena Lathuri (que no se ha visto
desde 1990). Todas estas especies aún se
ven en el continente europeo, por lo que se consideran extinciones a nivel país
y no a la extinción de especies.
En cuanto a las
preguntas 2 y 3 la respuesta es que la tasa de extinción es muy variable, y
mediante el uso de un enfoque estadístico adaptado por el Dr. Robin permitió un
análisis de la tasa de cambio en el tiempo, encontrando que el período
principal de la pérdida de especies siguió a los cambios en la política
agrícola llevada adelante justo después de la Primera Guerra Mundial. Por lo
tanto, esta situación se genera mucho antes de lo que originalmente se creía;
y que hasta ahora se consideraba, por lo general, que estaba relacionada con la Política Agrícola
Común llevada a cabo posteriormente a la Segunda Guerra Mundial, por
cuanto se veía como la principal impulsora de la pérdida de los polinizadores.
La imagen que
sigue, muestra en detalle la cifra producida por el Dr, Robin como resultado
del análisis.
El trabajo
de Jeff Ollerton, H. Erenler, M. Edwards y R. Crockett titulado “Extinctions of
aculeate pollinators in Britain and the role of large-scale agricultural
changes” se encuentra en la Revista Science.
346:1360-1362.
Fuente: Blog
Diversidad de Jeff Ollerton / Spektrum.de
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