El concepto del tiempo proviene de la astronomía y la física; el Big Bang mismo lo consideramos como el momento en que se inicia el universo en el cual existimos y se inicia el tiempo, el cual fluye hacia adelante sin detenerse. Decimos que viajamos en una flecha del tiempo, por cuanto afecta nuestra vidas en forma inexorable desde que nacemos hasta el final de nuestra corta existencia, corta si comparamos el tiempo de vida de un árbol (por ej: Alerce) o la vida de una estrella (Ej: nuestro Sol).
A pesar de todo, es una de las magnitudes que hemos logrado medir con una espectacular precisión.
Sabemos que el tiempo se percibe de manera subjetiva, es muy distinto pasar un minuto bajo el agua a estar un minuto estudiando. El tiempo también se percibe a partir de los cambios manifestados en los objetos animados e inanimados. La observación del mundo externo permite advertir la sucesión de numerosos acontecimientos, algunos de tipo astronómico, como la salida y puesta del Sol, la sucesión de las estaciones, y otros como las posiciones sucesivas que adopta un cuerpo en su caída, un péndulo que oscila, o los cambios biológicos de los seres vi vos.
Los seres humanos de la prehistoria conocieron el tiempo a partir de la observación de fenómenos naturales regulares, como el amanecer y el atardecer, los ciclos de la luna, los cambios en la posición de las estrellas en el firmamento, las estaciones del año, el crecimiento y decrecimiento de las aguas de ríos, mares y lagos y, sobre todo, por el nacimiento, desarrollo y muerte de todos los seres vivos.
Las primeras máquinas de medir el tiempo que usó la Humanidad estaban basadas en los relojes naturales asociados al movimiento de traslación de la Tierra alrededor del Sol (definiendo años y estaciones) y al movimiento de rotación en torno a su propio eje (definiendo el dia y la noche).
La necesidad de medir el tiempo con mayor precisión, y también hacerlo durante los periodos de oscuridad solar, aumentó de manera significativa en Occidente durante la Edad Media , debido a la organización de las actividades religiosas en los monasterios, que incluían servicios nocturnos y oraciones en determinados momentos del día y de la noche. Los llamados relojes de arena, aceite o agua, y todo tipo de artilugios parecidos son los precursores de la introducción de un movimiento oscilatorio regular, como el de un péndulo, como estrategia para medir el fluir del tiempo. Desde entonces todo tipo de relojes mecánicos, eléctricos, electrónicos y recientemente atómicos han aumentado la precisión con la que medimos el tiempo hasta límites que sobrepasan con varios órdenes de magnitud nuestras necesidades cotidianas, pero que son imprescindibles para el funcionamiento sincronizado de infraestructuras de transporte, financieras o de telecomunicaciones.
Un desafió íntimamente ligado a la medida del tiempo, es la capacidad de observar y de controlar fenómenos mas y mas breves. Los más breves que haya observado jamás la humanidad en cada momento de su historia. El record actual se encuentra en poco mas de 100 atto-segundos. Un attosegundo es una trillonésima parte de un segundo (se escribe 10-18 o también 0,000000000000000001). La brevedad de esta cantidad se puede quizás apreciar notando que la proporción entre 100 atto-segundos y un segundo es la misma que entre un segundo y la edad estimada del Universo, desde el Big Bang hasta la actualidad.
Los atto-segundos es la escala en la que ocurren los fenómenos en el interior de los átomos (las transiciones electrónicas, las ionizaciones, etc.) que se están empezando a “ver” por primera vez en la historia. Los sistemas que generan pulsos de atto-segundos están formados por láseres controlados que emiten ráfagas de luz ultra-extremadamente-breves, que se pueden usar como el flash de una cámara fotográfica con el tiempo de exposición correspondiente.
Y siguen otras medidas, el zepto (10-21) símbolo "z" y el yocto (10-24) símbolo "y", sistemas que están inaugurado una nueva frontera de la Ciencia cuya exploración abre una puerta a un mundo que los seres humanos jamás habían podido ver con sus propios ojos hasta la fecha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario